Por parte del club fui invitada a acudir a un templo sintoísta. Aquí en Japón conviven las dos religiones perfectamente, budista y sintoísta (En otra ocasión me extenderé en las diferencias de ambas religiones).
Amablemente todo el staff de Bardral Urayasu y algunos jugadores me permitieron acompañarles a una ofrenda, por el inicio del nuevo año. No quería ir, soy cristiana, y me daba la impresión de ser una invasora, pero realmente me apetecía vivir la experiencia.
Una vez allí me explicaron el protocolo que debíamos seguir: primero limpiarse o purificarse, con agua pura de una fuente, fría de narices, primero la izquierda, luego la derecha, después la cara y para finalizar bebes agua y la vuelves a tirar. En segundo lugar, te diriges al templo y pides tus deseos, moviendo una campana, lanzando una moneda, como acto simbólico de cinco yenes y te inclinas dos veces, das dos palmas, repites la petición y de nuevo te inclinas. Lo curioso: muchos papeles pequeños para comprar, que amarraditos a un panel, se traducen en predicciones para tu nuevo año.
En mi caso, me advirtieron: no pedir mucho, así recibiría más.
Estoy pensando en hacerme budista o sintoísta, su respeto por la naturaleza hace que me sienta identificada, simple, sin lujos y a disposición del pueblo
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